Las sondas de control de temperatura utilizadas en refrigeradores de laboratorios, farmacias y bancos de sangre suelen insertarse en amortiguadores térmicos para que las temperaturas informadas reflejen la temperatura de los productos almacenados. Sin utilizar un amortiguador térmico, las sondas simplemente miden la temperatura del aire y son más susceptibles a los efectos de la apertura de puertas. El uso de amortiguadores térmicos adecuados puede ayudar a evitar alarmas molestas innecesarias que podrían generarse si solo se midiera la temperatura del aire.
Los amortiguadores térmicos tradicionales utilizan líquidos de alta viscosidad como glicerina o propilenglicol para simular la masa térmica de los productos almacenados. Si bien brindan los beneficios de amortiguación térmica previstos, requieren configuración y mantenimiento continuo para garantizar un rendimiento adecuado, ya que los líquidos pueden evaporarse o filtrarse con el tiempo y dejar las sondas sin amortiguación.